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Recuerdo que en la guardería estaban en principio; Nuria, Maria Rosa y Celeste, luego mas tarde pusieron ayudantes y cuando compraron la guagua, al principio la conducía Don Manuel, que era un poco torpe conduciendo, luego la condujo Nuria   

Recuerdo donde dejaban el camión de Los Yanes de Casa Ayala, y como los niños nos subíamos cuando estaba parado sin perjuicios.  Esta camioneta traía mercancía por las tardes noches para las tiendas de Tenoya, recuerdo que los niños medio granditos nos subíamos hasta llegar hasta Carmelita y de regreso a la cochera, con nosotros iba Antonio Jesús el de Fidela y Andrés que tocaba la armónica

Recuerdo el cuartelillo que estaba subiendo a la Heredad

Recuerdo cuanto estaba la Policía Local en la casa donde hoy es la Casa  de la Cultura  

Recuerdo la tienda y bar de Angelito Sánchez, en la casa de Juanito Hernández hoy de su nieto Juan Fernando, Angelito se marchó a Venezuela dejándosela a su hermano Miguel, luego se trasladó la Sociedad a este lugar y mas tarde donde esta hoy, por tanto la llegué a ver en tres sitios.
En esta casa en  la parte baja camino al Lomito Chico, vi un despacho médico y después alquilada, viviendo Marcelino y Eduviges con sus dos hijos Pepe Juan y Mari Carmen un tiempo, luego se marcharon a la finca del Portichuelo, la tienda de Antoñita María, luego la Farmacia y sede del Colectivo Cultural , la zapatería de Miguel el suegro de Chano el barbero donde también tuvo una tienda de muebles con un escaparate de cristal y después de jubilado, hacía pequeños servicios a puerta cerrada, la de María Guerra, de ésta tengo una ligera idea de que casi seguro que la vi, ya que ella también vendía al plazo y cuando se casó con el conocido Alcalde de la Puntilla, que tenía una carpintería llegando a trabajar algún Tenoyero.

Seguimos en la Carretera donde Pino Molinera tenía el Bar y un surtidor de manivela, luego de sus hijos Juan y Luciana, después de Luciana, pasando por varios que recuerdo   a Pedro González Lezcano hermano de Tito el acequiero, a Juan Padrón y Carmelo, a Desgracias de Cardones, Manolito el Árabe, a un matrimonio peninsular, a Juan y Luci, que también pusieron un bazar en donde lo tenía Tito en barbero, a Juan Fernando Vega y esposa, hoy de Suso.

Recuerdo, en el cuarto que pega a la casa de Felisa, antes conocida por la de Toribio, Catalinita la del Moñigal tenia una verduría que pasó a su hija Andreita, yo recuerdo de ir a comprar pizarrines para una pequeña pizarra para no gastar libretas, cuando estaba en la escuela de Celeste y libretas, lápices, luego estuvo la peluquería de Sarito, ésta se cerró hasta la fecha, en el piso alto existió un club donde se reunían algunos mayores a jugar al dominó y barajas (me lo contaron) esta misma casa pegada al bar la Vuelta que lo vi abrir y cerrar conocido por el bar de Nicolasa, estaba la carnicería de Isidoro, creo que era de su padre porque llegué a ver a sus hermanos, allí vi también a Celito el Zulaque despachando.

Recuerdo la antigua escuela  que inauguré en su día, llamada Grupo Escolar hoy reformado en Casa de la Cultura.(muchos recuerdos tengo que contar)

Recuerdo los repartidores de pan en burros y las mujeres con la cesta a la cabeza y con sacos a la espalda.

Recuerdo cuando los entierros de Casa Ayala que los traían cargados al hombro y al regresar pasaban por todos los bares.

Recuerdo de ver recoger los cagajones de los animales para las flores, si no fuera así las calles estarían sucias ya que pasaban animales todos los días, sobre todo la burra de Juanito Falcón y otros.

Recuerdo de ver las mujeres lavar, tender, rociar en diferentes puntos del pueblo

Recuerdo de ver niños en cajones de madera ya que no tenían cuna y darle el biberón con una chupa adaptada a una botella de coñac (antes se bebía mucho) que se vendían en las tiendas, éstas servían para los baifos, estos los metían debajo de una cesta para que no comieran tierra y sirviera el cuajo.  

Recuerdo el ir y venir de la traída de las aguas de la acequia, del pilar, de la fuentes, de la mina, de los pozos, con ganchos los varones y las mujeres en la cabeza

Recuerdo las discusiones y pleitos en la calle y bares, a la trompada con cuchillos, botellas (los niños asustados) sin daños mayores

Recuerdo cuando jugábamos en todos los sitios a la pelota incluso en la carretera General ya que pasaban pocos coches y los sentíamos venir, algunos de los de mi edad lo recuerdan y todos los juegos.

Recuerdo a Manolo el Chiruca, vivía en el callejón, en el Molino, delante de la barbería, dándole  toques con la pelota y nosotros contando (era el mejor) otros querían imitarle  

Recuerdo que muchos niños queríamos jugar y los mas grandes no nos dejaban, los grupos se formaban por edades.  

Recuerdo los sitios mas usuales de jugar al fútbol, dentro del Pueblo, en La Perla, antes de arreglar la finca Juan Espino, en el Salvial frente a la escuela, en el tanque Mastro Daniel recientemente desaparecido, en el Pilar y algunos cacharros cayeron al suelo de los pelotazos, en la Placeta, en la Plaza de la Ermita, y fuera en los Sifones donde estaba la chatarra que era inclinado, en el de barro de la Galera, en el barranco, arriba en el Puente que se lo llevó el barranco, luego antes de llegar a Doña Felisa, a la altura de Tito el del Agua, mas abajo debajo de la casa de Pepe Falcón y ya en competición, en  el de Casa Ayala que era un tanque de tierra, la Costa, Ladera Alta y el antiguo de Tamaraceite.
En la Calzada en la finca del padre de Juani el Barbero había un tanque de barro, donde jugábamos los amigos y familiares
No recuerdo el famoso campo de los Sifones frente a los almacenes donde se celebraban peleas de carneros y los famosos pleitos Tenoya contra Tamaraceite.

Recuerdo cuando íbamos en las camionetas de Pepe Justa y sus hijos, la de Pepito el Carero a distintos puntos fuera del Pueblo, donde mas fui, fue a Siete Puertas, los camiones que cargaban estiércol los barrían con una escoba que siempre llevaban y nosotros privaos.

Recuerdo los que venían pidiendo con un saco de fuera y los de mi Pueblo

Recuerdo cuando venían los perreros, la gente corría la voz  y muchos les vi llorar, los cogían a mano o con un lazo,  antes los perros estaban en la calle como otro más, los tiraban a la Marfea por el túnel de la Laja.

Recuerdo ver descalzos a muchos niños  ir a la escuela, a misa, a jugar a la pelota andando sobre los caminos de tierra de la época y en el trabajo.

Recuerdo ver teñir las ropas de negro cuando tenían luto en un caldero viejo, con una caña o pírgano de la escoba.

Recuerdo ver matar en la calle del Salvial a cochinos de los 1500 y en particular en la finca el Provisor, los mataban, cogían la sangre, le quemaban el pelo en media hoguera, los descuartizaban, sacaban las tripas, las limpiaban, hacían morcillas, chorizos en un recipiente de madera, se aprovechaba todo (ese evento era una fiesta venían a ayudarle, todo una obra de teatro en realidad)

Recuerdo cuando Celito tiró la burra al estanque del Titino, como niño me asombró porque el casi cae dentro, estaba medio tapado con palos de mala muerte

Recuerdo en varias ocasiones la llegada de las cigarras y ver la gente espantándolas y niños que las amarraban con hilo de cocer por una pata para jugar.

Recuerdo de ver venir de otros pueblos vendiendo números para las fiestas y nosotros ir a sus pueblos.

Recuerdo cuando iban las niñas jóvenes de merienda al barranco o sobre el túnel

Recuerdo mis juegos, los juegos, a la pelota, al trompo, al boliche, al clavo con una penca de tunera, a la tángara, a la tiradera, a las flechas, a la pistola de verga, a la pedrada, a las carruchas, a las cometas, a las estampas, a las carreras, saltos, a la pela, al escondite, a los altares, a la rueda, a las chapas, al caballo con un pírgano de escoba o una caña andamos todo, al pañuelo, a la gallinita ciega, a la piola, al teléfono con un hilo una caja de fósforos y una carretilla. Del avión hacíamos una hélice de cartón con un clavo de eje y trozo madera o caña, habían quienes los hacían de dos motores y tres    

También hacíamos nuestros juguetes, con carozos haciendo las vaquitas, con cacharros haciendo la moto con una vela o antorcha de petróleo, la patineta de cojinetes, con los carretones, las latas pequeñas de sardinas, con las de betún, las pelotas las hacíamos de calcetines viejos si lo encontrábamos y con garepas de platanera, habían artista artesanos entre nosotros, con casparros (latas) hacíamos escudos y también con tapas de cajas de tomateros, hacíamos panderos con chapas y como no teníamos martillo con una piedra, sobre todo para las excursiones de Molina, tambores  y tocábamos con las pipas de albaricoques, duraznos, ciruelas, las afilábamos y hacíamos un pito, con las cañas, las flautas y con las espigas verdes, algunos inflaban las ranas con un pajullo,  también con las cañas hacíamos jaulas, cometas, guitarras, escopetas,  jeringuillas, las cargábamos en la acequia e íbamos acequia arriba tirándole a los caballitos, con burbujas de jabón, de las cañas salían muchos juguetes, con los charcos de agua, cuando llovía salíamos a la calle y cuando no en otros lugares hacíamos estanques y finquitas, jugábamos a las guerras de piedras, a la guerra, formando bandos,  hacíamos barcos con palas de tuneras por toda la acequia. También con una penca de palmera echábamos la moto ya que era flexible y al tocar el suelo saltaba haciendo ese ruido, también cogíamos hoja de platanera, la pelábamos dejando el tallo, luego le hacíamos unos cortes como dientes y con una varita tocábamos la guitarra, esto no era muy frecuente, pero también los marcadores contaban haciendo un diente  y así al final contaban.

Las niñas a la conga, a las casita, a las tiendas, con las muñecas, a coser,  lavar  y hacer de comer, a la soga, con los cuartitos que eran platos rotos y servían para pagar ya mas grandes iban de merienda al barranco, sobre el túnel lo mas frecuente, cantaban diferentes canciones mas de diez.

Recuerdo también los pleitos entre niños, haciéndose hasta sangre con piedras y mordidas

Hasta aquí RECUERDOS

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