Dar las gracias a todos los que asistimos al Via Crucis del Silencio, por eso; porque lo que se respiraba en el mismo era silencio y recogimiento. Además de la unión de los pueblos y el sentir de todos y cada uno de los que allí asistimos al ver las imágenes de la Virgén de la Piedad y Jesús llaciendo en sus faldas que son una auténtica obra de arte escultórica.
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