La familia de los Lezcano Muxica tiene sus orígenes en los primeros conquistadores de la Isla y procedían, como ya se ha escrito, aquellos aventureros de antaño, del norte de la Península, concretamente del País Vasco. No sólo tuvieron relación con Tenoya y su entorno sino con otros lugares de Gran Canaria. La historia de esta familia es larga, como podemos apreciar, y sus hechos se pueden ir recuperando debido a que en todos los protocolos notariales, de los diferentes escribanos, podemos ir recuperando su legado a lo largo de los años. Este trabajo quiero dedicárselo a Lalo Lezcano, por su amor y compromiso hacia su entorno, que es también el nuestro.

Imagen del documento que ha servido como base para el presente trabajo

Interesante documento en el que se puede leer: “Sepan cuantos esta carta de poder vieren como yo D. Francisco Lezcano Muxica, Alcalde Ordinario de esta Ciudad de San Juan de Puerto Rico de las Indias…en nombre de D. Ángel Lezcano Muxica mi hermano legítimo…”

La Familia Lezcano, al igual que casi la totalidad de familias que han tenido relación con Tenoya, también tiene emigrantes entre los suyos y así vemos como D. Francisco Lezcano Muxica[1] era Alcalde ordinario de la Ciudad de Puerto Rico en el año 1697.

En la ilustración anterior se puede ver otra parte del mismo documento  y en el que podemos entresacar algunos fragmentos

Habla del vínculo o mayorazgo que se dejó fundado en el sitio de Tenoya su bisabuelo, el Regidor Bernardino de Lezcano, y padre legítimo de Angel Lezcano Muxica, su abuelo. También se escribe sobre su hermano Ángel Lezcano Muxica a quien le toca el vínculo por la muerte del Capitán D. Bernardino Lezcano Muxica. Nombra a su padre D. Pedro Lezcano Muxica y la donación que hizo este último a las hijas de D. Fernando Lezcano, “su hermano y mi tío”. Este documento fue realizado el día 7 de marzo de 1697.

Hay que decir[2] que ya en el año 1650 el Capitán D. Bernardino de Lascano Moxica era vecino de la Isla de San Juan de Puerto Rico y era residente, el día 12 de agosto de dicho año, de la Isla de Canaria. Exponía que el Capitán D. Ángel de Moxica era su padre y que le había tocado por la partición de los bienes que quedaron del Capitán D. Bartolomé de Moxica la mitad de la suerte que dicen de María Maya y la mitad de un día y doce horas de agua del Heredamiento de Tenoya. Aquel patrimonio lindaba por la parte de arriba con las tierras de Dª María Moxica Lezcano y por otro lado con la acequia abajo a dar a las tierras de Dª Josefa y derecha abajo al Barranco y Barranco arriba a dar al primer lindero en el término de Tenoya.

También eran poseedores de la mitad de otra suerte que llamaban La Milanera, con la mitad de un día y doce horas de agua de la dicha Heredad de Tenoya. Lindaban aquellas tierras por el lado de arriba con las de Dª Josefa y derecho al Barranco de Tenoya. Toda la suerte del Parral también se beneficiaba con la misma agua. Este patrimonio lo vendió la famila Lezcano, por la cantidad de mil reales, a otro hombre, que también merece un monográfico, muy relacionado con aquella Tenoya del siglo XVII, se trata de Honorado Estacio que vio como sus posesiones de tierras en aquel lugar aumentaban de forma considerable.

El vínculo inmemorial de los Lezcano Moxica, sus numerosas posesiones, sus plantaciones de caña de azúcar y su ingenio azucarero en Tenoya, sus relaciones con las aguas del mismo lugar, sus pleitos, los hombres que han desempeñado cargos públicos, alcaldes entre ellos, o su relación con la Ermita de San Pedro son algunos temas que se pudieran abordar pero en esta ocasión he querido compartir y sacar a la luz a un hombre de Tenoya que llegó a ser Alcalde de San Juan de Puerto Rico. A través de esta legendaria familia aquel lugar de América, tan relacionado con Canarias, está hermanado con nuestro pueblo de Tenoya y así lo hemos podido constatar a través de este trabajo y el documento histórico respectivo. En ocasiones, muy de tarde en tarde, aparece, después de cientos de horas de trabajo, algún documento con unas características muy especiales y en este caso se trata de uno de esos documentos que llaman la atención de forma notoria porque su contenido va más allá de los límites geográficos habituales con los que se suele trabajar. Como siempre he hecho, quiero transmitir con mis trabajos que deberían ser sólo el inicio de un proyecto de mayor envergadura y relevancia. Se trata sólo de la base sobre la que hay que trabajar y a través de fechas, datos geográficos, de personajes o de sus hechos se puede ir montando un trabajo mucho más amplio que pudiera dar lugar a un mayor conocimiento de nuestro rico y singular pasado histórico-patrimonial.

Juan Francisco Santana Domínguez

Notas:
[1] A.H.P.L.P. José Bethencourt Herrera. Nº 1.335. Años 1690.
[2] A.H.P.L.P. Francisco de Moya  Nº 1.202.  Fol. 446v-450r.

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