×

Advertencia

Uso de cookies - Unión Europea

En esta web usamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia de navegación, y ofrecer contenidos y publicidad de interés.

Ver la Directiva sobre la privacidad y las comunicaciones electrónicas

El uso de cookies ha sido rechazado.

Hoy quisiera escribir y sorprender a este Tenoyero sin llegar a entrevistarle, recopilando información en diferentes fuentes, haciéndolo de una manera resumida.

A Juan le conocemos en el Pueblo por Juan El Monje, cada vez que tiene permiso, su destino es Tenoya, al pisarlo siente su pasión entre todos los suyos, lo vemos que no lo dejan caminar, dando saltos entre unos y otros, abriéndose camino, es muy querido y quiere, tanto es así que es muy familiar y amigo de sus amigos.

Juan nació  en Tenoya el 15 de Noviembre de 1942 en la casa de sus abuelos maternos, cerca de Las Cuatro Esquinas, prolongación de la calle Salvial. En esa casa se respira un ambiente especial, tanto social como religioso, su abuela María Henríquez Acosta, conocida cariñosamente por Mariquita la de la Cuerva y así lo han heredado sus generaciones,  patriarca centenaria de su familia y su Pueblo llegando a cumplir casi los 102 años, recordamos la gran fiesta que le hicieron al cumplir los 100 años y con todo su tino, los periódicos se hicieron eco de tan distinguido y merecido acontecimiento. Por su casa recuerdo que mucho antes, cuando yo era niño toda la familia pasaba sin dejar de decir adiós, desde joven tenía algo que llamaba, su esposo José Tomás Henríquez Armas era un hombre muy sencillo y emprendedor,  me dicen que vivían abajo en el Puente, en la entrada de Cardones y cuando vinieron los primeros coches, tal vez porque les molestaba, su abuelo fabricó esa casa donde aun salen olores de riqueza familiar del pasado a pesar de los años.

Este matrimonio tuvo nueve hijos, María y Eugenia, las únicas hembras, los varones fueron también emprendedores y famosos en sus oficios, todos de Albañiles de primera, se les llamaban en aquella época como Maestros Mayores de Obras, el único que dejó el oficio fue Nicolás al comprar la tienda a Manuel Guerra, que hoy regenta su hijo Antonio José, esta misma generación ha dejado nietos con esas mismas cualidades como el conocido Juanito el de la Cuerva, dirigiendo obras voluntariamente.

Es tan importante, interesante y larga la historia familiar de nuevas generaciones de esta familia que tengo que dejar atrás hablando del protagonista.

Recuerdo al padre de Juan Pedro, Francisco Afonso Díaz, camino de sus labores agrícolas, hijo de José Afonso Henríquez (conocido por el Capote) y de  Micaela Díaz Hernández de Tamaraceite, al fallecer esta joven se casa con Silvianita, que procedía de Lanzarote  y que vivía frente a la Sociedad, una mujer sencilla que se ganaba la vida después de viuda cociendo zapatos, vendía chochos y hacía unos dulces muy especiales y famosos (a pesar de los años, las de su generación la recuerdan).

Su madre Eugenia Henríquez Henríquez, hija de los de antes mencionados José Tomás y María. 

A Juan le descubrimos el nombre de Pedro, tal vez por el que fue patrón de Nuestro Pueblo y nacido en lo alto del Lomo de San Pedro, como todos los niños jugaba en los alrededores de su casa, el lugar que mas frecuentaba era la plaza del Pilar, estuvo en la escuela del Salvial estando Dón Pedro, allí con su carácter familiar es amigo de todos, en especial y entre otros de Pepito Moreno, en el que en cada cita le visita, luego va a estudiar a la Ciudad de Arucas, al colegio del famoso y no olvidado Don Juan Zamora, coincidiendo con otros del Pueblo, que en rancho iban y venían caminando, dejando en ese tiempo muchas anécdotas entre todos.

Arucas en aquella época era nuestra ciudad tanto para estudiar, pasear, comprar, etc. Juan a su paso, hace muchas amistades inclinado por su afición a la música, recuerdo cuando niño en los bailes de la Sociedad del Lomo que tenían en las puertas unas mamparas que servían de ventilación y a su vez la música nos llegaba, cuando cantaba  nosotros nos poníamos buscando un ángulo para verlo y la gente corría la voz ¡esta cantando Juan!

Nació con ese don y afición por la música actuando siempre de vocalista tanto que cuando niño le cantaba a su abuelo José Tomás, (me imagino esas escenas entrañables  ante Padre José como se les llamaba antes, engrandeciendo su respetada persona) mas joven actuaba en las famosas comedias de Loren, luego le sigue los pasos a la orquesta Domeg, con el Tenoyero Martín, Paco el Corono, Manuel Cazuela, estos de Tamaraceite, orquesta que luego le pusieron el nombre de Los Cobinas, en Tenoya, Juan en unión de Paquito Correa, Tito el Galindo y otros crearon el Conjunto San Pedro, me cuentan que salían con camisas prestadas, actuando en bodas, bautizos , navidades, serenatas y juergas.

En la década 60 y 70 pasa por  la orquesta Aruquense Hispania, amistades que había adquirido en esa Ciudad, actuando en diferentes sociedades de la época, dejando huellas inolvidables a su paso.

Juan deja los estudios y elige y aprende el oficio de pintor de automóviles primeramente, con Juanito Afonso, que llegaba ver por las tardes noches en su bicicleta, que pintaba también camiones a brocha, (una técnica manual muy especializada en la época) donde aprendieron un grupo de Tenoyeros, para llegar al trabajo tenía que coger el Coche de Horas o los piratas, mas tarde pasa al taller Vulcano, de Mastro Juan González en Guanarteme llevado por Santiago Medina que era el pintor oficial, este tenía coche y les llevaba, allí había otro del Pueblo, Miguel que también fue compañero de estudios en Arucas y Carmelo hijo de Honorio ya fallecido.

Juan tiene que ir al cuartel dejando su oficio y afición, al regresar reanuda sus actividades sacándose el carnet y comprándose un coche que recuerdo que era un Seat 700, pero dentro de su vida siempre ha estado vinculado a la Iglesia, participando en reuniones y haciendo grupos, donde llegó entre otros a conocer a Don Santiago Díaz Peñate, pasó el tiempo, no muy largo y cuando menos lo esperábamos, Juan dejó todo, ingresando en la Congregación Los Benedictinos, hasta el día de hoy, (creo que es hoy el segundo en antigüedad) pero su familia y amigos le siguen cada paso, también ha tirado de nosotros, que le visitan de vez en cuando  y de manera especial, todos los años para el día de su Santo Patrón San Benito, un grupo de Tenoyeros entre sus compañeros le hacemos coro, viviendo estos momentos con gran jubilo y devoción.

En este grupo de cita anual, sin faltar hoy, echamos de menos a Ricardo el de Angélica, pero queda en el recuerdo de todos nosotros y también se hacen presente.

Esta semblanza ha sido motivo al cumplir tres años del fallecimiento de su fundador Don Santiago Díaz Peñate (Q.E.P.D.) y en el tuve la suerte de asistir dejando un mensaje vivido de ese día que vuelvo a repetir, haciéndoles llegar en bien de no borrar y conocer a su vez parte de la vida de un Tenoyero ejemplar, llamado cariñosamente:

Juan El Monje

 

Tino Torón

SEMBLANZA A UN TENOYERO

A JUAN PEDRO AFONSO HENRIQUEZ (JUAN EL MONJE)

 

Hoy quisiera escribir y sorprender a este Tenoyero sin llegar a entrevistarle, recopilando información en diferentes fuentes, haciéndolo de una manera resumida.

A Juan le conocemos en el Pueblo por Juan El Monje, cada vez que tiene permiso, su destino es Tenoya, al pisarlo siente su pasión entre todos los suyos, lo vemos que no lo dejan caminar, dando saltos entre unos y otros, abriéndose camino, es muy querido y quiere, tanto es así que es muy familiar y amigo de sus amigos.

Juan nació en Tenoya el 15 de Noviembre de 1942 en la casa de sus abuelos maternos, cerca de Las Cuatro Esquinas, prolongación de la calle Salvial. En esa casa se respira un ambiente especial, tanto social como religioso, su abuela María Henríquez Acosta, conocida cariñosamente por Mariquita la de la Cuerva y así lo han heredado sus generaciones, patriarca centenaria de su familia y su Pueblo llegando a cumplir casi los 102 años, recordamos la gran fiesta que le hicieron al cumplir los 100 años y con todo su tino, los periódicos se hicieron eco de tan distinguido y merecido acontecimiento. Por su casa recuerdo que mucho antes, cuando yo era niño toda la familia pasaba sin dejar de decir adiós, desde joven tenía algo que llamaba, su esposo José Tomás Henríquez Armas era un hombre muy sencillo y emprendedor, me dicen que vivían abajo en el Puente, en la entrada de Cardones y cuando vinieron los primeros coches, tal vez porque les molestaba, su abuelo fabricó esa casa donde aun salen olores de riqueza familiar del pasado a pesar de los años.

Este matrimonio tuvo nueve hijos, María y Eugenia, las únicas hembras, los varones fueron también emprendedores y famosos en sus oficios, todos de Albañiles de primera, se les llamaban en aquella época como Maestros Mayores de Obras, el único que dejó el oficio fue Nicolás al comprar la tienda a Manuel Guerra, que hoy regenta su hijo Antonio José, esta misma generación ha dejado nietos con esas mismas cualidades como el conocido Juanito el de la Cuerva, dirigiendo obras voluntariamente.

Es tan importante, interesante y larga la historia familiar de nuevas generaciones de esta familia que tengo que dejar atrás hablando del protagonista.

Recuerdo al padre de Juan Pedro, Francisco Afonso Díaz, camino de sus labores agrícolas, hijo de José Afonso Henríquez (conocido por el Capote) y de Micaela Díaz Hernández de Tamaraceite, al fallecer esta joven se casa con Silvianita, que procedía de Lanzarote y que vivía frente a la Sociedad, una mujer sencilla que se ganaba la vida después de viuda cociendo zapatos, vendía chochos y hacía unos dulces muy especiales y famosos (a pesar de los años, las de su generación la recuerdan).

Su madre Eugenia Henríquez Henríquez, hija de los de antes mencionados José Tomás y María.

A Juan le descubrimos el nombre de Pedro, tal vez por el que fue patrón de Nuestro Pueblo y nacido en lo alto del Lomo de San Pedro, como todos los niños jugaba en los alrededores de su casa, el lugar que mas frecuentaba era la plaza del Pilar, estuvo en la escuela del Salvial estando Dón Pedro, allí con su carácter familiar es amigo de todos, en especial y entre otros de Pepito Moreno, en el que en cada cita le visita, luego va a estudiar a la Ciudad de Arucas, al colegio del famoso y no olvidado Don Juan Zamora, coincidiendo con otros del Pueblo, que en rancho iban y venían caminando, dejando en ese tiempo muchas anécdotas entre todos.

Arucas en aquella época era nuestra ciudad tanto para estudiar, pasear, comprar, etc. Juan a su paso, hace muchas amistades inclinado por su afición a la música, recuerdo cuando niño en los bailes de la Sociedad del Lomo que tenían en las puertas unas mamparas que servían de ventilación y a su vez la música nos llegaba, cuando cantaba nosotros nos poníamos buscando un ángulo para verlo y la gente corría la voz ¡esta cantando Juan!

Nació con ese don y afición por la música actuando siempre de vocalista tanto que cuando niño le cantaba a su abuelo José Tomás, (me imagino esas escenas entrañables ante Padre José como se les llamaba antes, engrandeciendo su respetada persona) mas joven actuaba en las famosas comedias de Loren, luego le sigue los pasos a la orquesta Domeg, con el Tenoyero Martín, Paco el Corono, Manuel Cazuela, estos de Tamaraceite, orquesta que luego le pusieron el nombre de Los Cobinas, en Tenoya, Juan en unión de Paquito Correa, Tito el Galindo y otros crearon el Conjunto San Pedro, me cuentan que salían con camisas prestadas, actuando en bodas, bautizos , navidades, serenatas y juergas.

En la década 60 y 70 pasa por la orquesta Aruquense Hispania, amistades que había adquirido en esa Ciudad, actuando en diferentes sociedades de la época, dejando huellas inolvidables a su paso.

Juan deja los estudios y elige y aprende el oficio de pintor de automóviles primeramente, con Juanito Afonso, que llegaba ver por las tardes noches en su bicicleta, que pintaba también camiones a brocha, (una técnica manual muy especializada en la época) donde aprendieron un grupo de Tenoyeros, para llegar al trabajo tenía que coger el Coche de Horas o los piratas, mas tarde pasa al taller Vulcano, de Mastro Juan González en Guanarteme llevado por Santiago Medina que era el pintor oficial, este tenía coche y les llevaba, allí había otro del Pueblo, Miguel que también fue compañero de estudios en Arucas y Carmelo hijo de Honorio ya fallecido.

Juan tiene que ir al cuartel dejando su oficio y afición, al regresar reanuda sus actividades sacándose el carnet y comprándose un coche que recuerdo que era un Seat 700, pero dentro de su vida siempre ha estado vinculado a la Iglesia, participando en reuniones y haciendo grupos, donde llegó entre otros a conocer a Don Santiago Díaz Peñate, pasó el tiempo, no muy largo y cuando menos lo esperábamos, Juan dejó todo, ingresando en la Congregación Los Benedictinos, hasta el día de hoy, (creo que es hoy el segundo en antigüedad) pero su familia y amigos le siguen cada paso, también ha tirado de nosotros, que le visitan de vez en cuando y de manera especial, todos los años para el día de su Santo Patrón San Benito, un grupo de Tenoyeros entre sus compañeros le hacemos coro, viviendo estos momentos con gran jubilo y devoción.

En este grupo de cita anual, sin faltar hoy, echamos de menos a Ricardo el de Angélica, pero queda en el recuerdo de todos nosotros y también se hacen presente.

Esta semblanza ha sido motivo al cumplir tres años del fallecimiento de su fundador Don Santiago Díaz Peñate (Q.E.P.D.) y en el tuve la suerte de asistir dejando un mensaje vivido de ese día que vuelvo a repetir, haciéndoles llegar en bien de no borrar y conocer a su vez parte de la vida de un Tenoyero ejemplar, llamado cariñosamente:

JUAN EL MONJE

Escribir un comentario