Mientras la noche caminaba para amanecer el día 22 de Noviembre de 2007, la vida del Reverendo Don Santiago Díaz Peñate se marchaba, bajo las miradas del hoy Director José María y uno de los hermanos, con esta coincidencia se despedía en sus brazos, en su último suspiro, les sorprende, a pesar de verle llegar al otro lado al paso lento y agotado de su vida a la otra vida.
El silencio despierta en el convento, juntos todos los hermanos, estos a los que en la vida les vio llegar uno a uno, hoy todos juntos le despiden al que fue el padre fundador.
El adiós al padre Santiago no desaparecerá en el eco de su morada casa ni fuera, seguirá en todos los que le conocieron, apóstol imitador sin darse cuenta se hizo realidad, al pasar Tenoya, un pueblo humilde, sencillo, familiar y acogedor, él fue uno de ellos y cuando se despidió siguiendo su camino dejó a sus fieles amigos que nunca lo han olvidado ni lo olvidarán.
De todos sus amigos, yo soy uno de los que menos compartí con él en aquellos tiempos, pero ellos me han llevado a él, aquí siempre se le ha nombrado y recordado vivamente a través de algunas fotos que hacen historia, que nos revivan su presencia y sirven de referencia a los que no lo conocieron.
Y quien nos iba a decir que nuestro vecino, amigo el hermano Juan Afonso, honrado, muy alegre, con don de persona social que de estudiante, pasando a la profesión de pintor de automóviles y compartiendo su pasión la música, la canción, debutando en grupos, en aquellos tiempos cuando actuaba los del Pueblo corría la voz “Juan va a cantar”.
Llegó un día que nuestro amigo Juan cambió su vida, dejó todo atrás olvidando su oficio, sus aficiones, pero no a su familia, sus amigos, su pueblo, nos visita cada vez que puede, comparte nuestras fiestas en honor a Ntra. venerada Madre la Virgen de la Encarnación, hoy los Tenoyeros estamos orgullosos de nuestro amigo Juan y los amigos no nos hemos separado, seguimos con él también, tanto es así que cada año entre otros días compartimos el día de San Benito su patrón, en esa visita nos uníamos en la amistad con Don Santiago, le hacíamos coro, pero desde hace unos años su deterioro quedaba en ausencia, la última vez que le vimos fue junto a una enfermera en uno de esos días, luego quedando atendido por los hermanos.
Ahora pienso en su reciente despedida, el día que les visité no será lo mismo, antes a pesar de no verle estaba allí, ahora estará en el otro lugar donde volveremos a encontrarnos, mi mente tiene que cambiar, siguiendo el camino de las vidas terrenales, encontrándonos también con todos ustedes ahora.
Lo más importante es lo que nos dejado Don Santiago y lo mas es seguir avanzando en la ruta que nos ha dejado trazado…, mientras los amigos tenían proyectado con antelación una salida comunitaria prevista para ese día 24 siendo responsables , por eso no pudiendo asistir y en nombre de ellos me quedé yo afortunadamente para acompañarles en la despedida de su cuerpo.
Enterado me acerqué en el amanecer de ese día, desorientado me di cuenta que el lugar sería la Iglesia de Santa Brígida donde le esperaban, ante su cuerpo presente, fue en ese lugar donde amanecía con el tiempo frío y chispeante, en la soledad del exterior, me daba cuenta que el momento era de total intimidad, pero no me negué a marcharme, solo pretendía recoger momentos históricos que se escapan y no quería, no para mí que lo viví, si no para los demás, era la despedida de su fundador no era fácil ni agradable lo que estaba haciendo en mi intento, pero en mi interior me decía, tienes que hacerlo, a pesar de lo que puedan pensar, es muy duro sacar imágenes cuando el respeto y las tristezas se unen.
LO VIVIDO LO CUENTO EN LA PAZ DE TODOS
Daban las nueve de la mañana
Las campanas lloraban su despedida
Cuando del lecho refugio salía su cuerpo
De todos cuando el alma se separa
En pasos de la carga de sus hermanos
Que como hormigas… Cargaban…
Llevándolo a un lugar para no perderlo
Como alimento del espíritu-de fortaleza
De aquel que les enseñó el camino
Y advirtió de la prudencia
Salía a la luz del día chispeante
Como agua bendita caída del puro cielo
Bajo el manto de una nube blanca
En la tierra cubierto con los hábitos de los hermanos
A su paso como llovidas del cielo
Pétalos de rosas perfumadas caían…
Alfombrando la tierra al paso de la pureza
Como una estela de su mismo manto
Caminaba hasta el lecho con los demás
Dos coronas llevadas en cada una de sus manos
Solo las de tus hermanos
En voces de su siempre palabra
La caridad-la caridad la caridad …
Padre-hermano Santiago
A tu llegada a la vida
Tu nacimiento fue grande
La bienvenida sencilla
Tu vida generosa y ejemplar
Y sin querer ni pedirlo
Tu despedida clamorosa
Día de acción de gracias
Día de amor y fraternidad
Arropado como lo merecías
Sin poderte marchar como querías
Con la misma humildad de tu bienvenida
Hoy descansas en paz
Desde Tenoya, a 31 de Diciembre de 2007
Tino Torón
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