DONANTES: NIETOS PATERNOS DE
DON ALFREDO CABRERA PÉREZ

Tenemos ante nuestros ojos esta bendita imagen. ¿Quién es? Preguntarán. Es la imagen de San Roque –Fuerte como una roca y abogado de la gente-. Roque se tomó muy en  serio el amor del Evangelio. Un rico de cuna que al heredar vendió todo para repartirlo entre los pobres, y pobre emprendió un viaje como peregrino a Roma. En ese tiempo estalló la peste del tifo y la gente morían a montones. Roque se dedicó a atender a los más abandonados, a muchos logró curar con sólo hacerles la señal de la Santa  Cruz sobre su frente, y como nadie quería acercarse a los enfermos por miedo al contagio, él se encargaba de cuidarlos y de enterrar a los muertos. La gente decía al verlo: “Ahí va el santo”.
Atendiendo a enfermos graves, él también se contagió. Se llenó de manchas negras y de úlceras, y para no molestar a nadie se retiró a un bosque solitario, y en el sitio que se refugió brotó una aljibe de agua cristalina, con la que se refrescaba. Y sucedió que un perro de una casa importante de la ciudad empezó a tomar cada día un pan de la mesa de su amo y se lo llevaba a Roque al bosque y le lamía las llagas. Al dueño del perro le entró la curiosidad y lo siguió hasta el bosque hasta encontrarse con un hombre al que le daba  el pan. Al ver a Roque lleno de llagas, se lo llevó a su casa y lo cuidó hasta que se curó.
La Providencia de Dios  lo asiste con la lengua de un perrito y lo alimenta con un mendrugo de pan. Amor con amor se paga.
San Roque lleva sombrero y bastón de peregrino, su mano señala una de sus llagas, y el perro a su lado, ofreciéndole pan.
 
San Roque es el patrón de Firgas, el pueblo que me vio nacer…
Hoy, después de celebrar la Sagrada Eucaristía y alimentados del Cuerpo y la Sangre de Cristo, recibimos en la Parroquia esta bendita imagen de San Roque.
La Providencia de Dios puso en mi camino como padrino de bautismo, a un hombre bueno, un hombre que la vida no se lo puso fácil porque quedó ciego, pero él salió adelante con su familia y hoy en su nombre recibimos esta imagen. Mi padrino era, Alfredo Cabrera Pérez.

La donación por parte de los nietos de Don Alfredo, aquí presentes, entregan a Manolo, como cariñosamente me llaman, esta entrañable imagen que será colocada en un lugar privilegiado del Museo Parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación de Tenoya. Tenoya ¡cuidarlo bien, pero muy bien!

Queridos familiares de Don Alfredo Cabrera Pérez, por este gesto tan precioso que han tenido con este sacerdote, emparentado con todos ustedes, con los lazos del Espíritu de mi padrino de bautismo, Alfredo. Espero  y deseo que esta parentela permanezca para siempre.

Muchas gracias de mi parte, y de parte de mi querido pueblo de Tenoya. 

Que San Roque nos libre de enfermedades, epidemias y contagios del cuerpo y del alma.  Amén.