Los principales terrenos agrícolas de nuestro Valle, fueron teniendo diferentes denominaciones que en algunos casos hacen alusión o bien a sus propietarios o bien a alguna característica particular del terreno.

Como ejemplos de nombres de propietarios, tenemos las fincas de: Areva, la Betancora, Marimaya, Bachicao, la de don Gonzalo, Hernán Moro, las Chozas de Marcial, la de Curbelo, etc.

En todas estas el nombre que las define es el del primer propietario, o en su defecto el propietario más destacado que las poseyó.

Y como ejemplos de las segundas tenemos:
La Hoya, el Hornillo, los Canales, el Parralete, el Jediondo, etc. en las que comprobamos que elementos orográficos, o bien arbóreos o de temperatura eran los que las hacían diferentes.

Desde mi punto de vista existe un tercer grupo de topónimos que quedan un poco entre estos que hemos definido, y son los topónimos que existen pero a los cuales no podemos asociar propietario ni elemento diferenciador.

Al menos tengo localizados dos. Tenemos que la finca del Condado, (la finca que se encuentra según salimos de Tenoya en dirección Arucas entre aproximadamente el árbol de la Bella Sombra y la finca de don Gonzalo, camino de Marimaya) aún haciendo alusión a su propietario, no tenemos nada claro a quien pudo pertenecer y lo mismo sucede con la finca del Provisor, la que se encuentra aproximadamente entre la actual subida desde Marimaya hasta la Acequia y el Puente de Tenoya. (Conocida como la finca de “Pepito el de Hermana Chana” y con posterioridad como la finca de Federico Torres).

Desde hace muchos años he estado preguntándome quien podía hacer que su cargo fuera el que diera nombre a una finca.

Recientemente leyendo viejos periódicos, me encuentro con que en el mes de noviembre de 1.860, en el periódico el Ómnibus, se anunciaba la venta de una finca:
“... denominada la Calzada, con un trocito separado de pan sembrar, compuesta de cinco fanegadas, tres celemines, un cuartillo, seis cuarenta y ocho centímetros brazas, linda al naciente camino que va a Arucas, por el sud acequia, por el norte tierres de D. Fernando Ponce y por el poniente las de herederos del Sr. Provisor Arvelos. Tienen las referidas fincas dos cuartas de agua para su riego...”

Aquí encontré por primera vez el nombre de quien pudiera ser el provisor que dio nombre a la finca.

Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, el provisor es un juez diocesano nombrado por el Obispo, con quien constituye un mismo tribunal, y que tiene potestad ordinaria para ocuparse de causas eclesiásticas .

Buscando información sobre este Provisor Arvelos, he encontrado los datos siguientes, que no por escuetos dejan de ser importantes:

• Andrés Arbelo y Brito, era natural de Teguise. (Lanzarote)
• Estudió en el Seminario Canario y pasó luego a la Universidad de Granada donde siguió leyes y Cánones. Fue opositor de la canonjía de Doctoral de la catedral de Málaga y aunque no la logró en aquella capital sí la obtuvo en la catedral de Canarias donde fue Doctoral durante 16 años, hasta que fue promovido a maestrescuela y Vicario General. (1)
• Fue Provisor del Obispo don Manuel Verdugo (2)
• En 1.792 comenzó a ser socio de la Sociedad Económica de Amigos del Pais, en donde se refleja que en ese momento era Maestrescuelas (3)
• El 4 de junio de 1.818 siendo Maestro escuela de la Santa Iglesia Catedral y Vicario General Capitular del Obispado ordena se ponga en uso la parroquia de San Marcial en Femés. (4)
• En 1.814 tenía 55 años.

Hasta aquí algunas notas sobre este personaje que sin quererlo dejó para la posteridad su cargo asociado al nombre de una finca de Tenoya.


Documentación:
1) González Sosa, Pedro; www.guiadegrancanaria.org.
2) Ibidem
3) García del Rosario, Cristóbal; Historia de la real Sociedad Económica de Amigos del País. (1.776-1900).