Hace unos días pasando un rato ante el ordenador buscando alguna información sobre Tenoya, me encuentro con una gran sorpresa en la página web de la ULPGC, en donde está alojado el archivo del arquitecto Miguel Martín Fernández de la Torre. (http://mdc.ulpgc.es/portal/miguel/?id=32)
Dentro de este archivo hay una serie de planos que se denominan: “Edificio de la comunidad de agua del Rincón”.
Desde mi modesto entender no todos los planos que aparecen corresponden al mismo edificio, pero si hay tres en concreto, (planta baja, planta alta y un alzado lateral) que corresponden sin duda alguna al desaparecido “Balneario del Rincón”.
Estos planos corresponden a un proyecto de finales de los años veinte y que según las propias notas del autor el edificio fue construido entre los años 1.931, 1.932 y 1.933. De hecho la inauguración oficial fue el 24 de mayo de 1.934, en estos días hace 77 años de dicha inauguración, y lo peor es que prácticamente nadie recuerda el esplendor que llegó a tener el balneario.
Nunca imaginé que las ruinas que hace unos años desaparecieron, pertenecieran a uno de los arquitectos más importantes de Canarias, pero en muchas ocasiones la casualidad nos hace encontrar esas insignificantes pero a veces grandes aportaciones a nuestra intrahistoria.
Como sé que una imagen vale más que mil palabras dejo que ustedes las disfruten como lo he hecho yo.
Plano de la planta baja
1)Pabellón de oficinas, utilizado como bar del balneario; 2) Riscos del Rincón, actualmente, Carretera del Norte; 3) Escalera de acceso a la planta alta del balneario; 4) Sala de embotellado; 5) Almacén 1; 6) 1Patio interior; 7) Explanada de acceso a las instalaciones; 8) Almacén 2; 9) Océano Atlántico
(Imagen: http://mdc.ulpgc.es/portal/miguel/?id=32)
Imagen de las ruinas en 2.003
Así podíamos ver las ruinas en 2003. Durante los años en que se utilizaron como infraviviendas se ve que se le hicieron tabiques que originariamente no existían, pero no perdió todo el aspecto original.
1) Riscos del Rincón, actualmente, Carretera del Norte; 2) Escalera de acceso a la planta alta del balneario; 3) Sala de embotellado; 4) Almacén 1; 5) Patio interior; 6) Océano Atlántico.
Del bar del balneario no quedaban restos, pero sí teníamos una foto de los años 30 en donde se podía ver cómo era.(Foto: Archivo del autor)
En esta imagen del bar (originariamente pabellón de oficinas), justo a la derecha marcado con una flecha, se puede apreciar el comienzo de la escalera de acceso a la planta alta, y el lateral del cuerpo principal del edificio.
También al fondo de la misma, podemos ver el hotel en el que podían pernoctar los clientes.
(Foto: Archivo del autor)
Imagen ampliada del acceso a la planta alta. Se aprecia el desnivel de la escalera. Y la hornacina al final de la misma en donde se colocó un Cristo donado por los pacientes que acudían al balneario.
(Foto: Archivo del autor)
Planta alta del balneario
Aquí podemos ver las dependencias de la planta alta detalladas en la prensa de los años 30 de la siguiente manera:
“Se ha construido una planta de edificio distribuida en diez cámaras con sus tinas, cuarto de vestir y doble juego de entradas para garantizar en caso preciso la mayor seguridad a los bañistas que reclamen la ayuda del personal del balneario, puede partirse desde el balneario para excursiones por las huertas colindantes que ofrecerán el doble aliciente de los encantos del mar y del campo.( El defensor de Canarias; 23/05/1.934)
(Imagen: http://mdc.ulpgc.es/portal/miguel/?id=32)
Alzados
En la parte superior podemos ver el alzado del edificio visto desde el mar, y en la imagen inferior podemos ver el alzado visto desde el pabellón de oficinas, compárese con la imagen de los años 30.
(Imagen: http://mdc.ulpgc.es/portal/miguel/?id=32)
Imagen del alzado del balneario que se vería desde el mar. A pesar de algunas diferencias con el alzado proyectado, hay muchos elementos coincidentes. Foto: (Archivo del autor)
Espero que estas imágenes sirvan para que en el futuro, aunque sea mínimamente nos manifestemos cuando veamos elementos del patrimonio de todos desaparecer por el capricho de alguno.
L. Lezcano Galindo